miércoles, 17 de junio de 2015

Ganador del concurso de Relatos Fantásticos del Foro Tirada Abierta

Desde hace tiempo empecé a darle vueltas a dar rienda suelta a mi vena escritora, y ese fue uno de los diferentes motivos que me llevó a abrir este blog. Fui mejorando, descubriendo algunos de mis errores habituales y también algunos de mis puntos fuertes. Hace unos meses vi el II Concurso de relatos fantásticos que convocaba el foro tirada abierta y decidí preparar algo.

Reconozco que el año pasado también quise preparar algo para la primera edición del concurso y no llegué a tiempo, pero eso mismo fue lo que me hizo estar preparado para que no se me pasase este año. Aproveché un epílogo que hice tras dirigir para los monos la partida del Hijo Rata de Nosolorol, y le di un lavado de cara, recortándolo para no exceder del límite impuesto en las bases del concurso y lo presenté. Leí el resto de relatos que se habían presentado después de haber entregado el mío, y la verdad es que me parecieron bastante buenos (sobre todo Amor Eterno que encaja más con mis gustos).

Finalmente ayer se hizo público que el relato ganador había sido el mío: Fiesta en Bird Valley. Estoy muy contento por ser ganador porque me da mucha moral y confianza para sacar esas ideas guardadas en un cajón y darles forma. Siento como un empujón para ponerme a andar con esos proyectos y otros nuevos.

Antes de poneros el relato vienen los agradecimientos (y lo siento, pero me voy a extender):

* Al foro tirada abierta y a Lord Kefka en particular por ser la cara visible del foro, por organizar este concurso y fomentar la escritura y los juegos de rol.

* A los monos que jugaron la partida: José Mariano, Sergio, José Agustín, Begoña y Gerardo. Me brindaron un par de sesiones muy divertidas fuera de sus ambientaciones habituales. A raíz de esa partida me motivé a realizar este epílogo para cerrar la historia.

* A Juan Carlos Cunchillos que aguantó mis dudas y preguntas de estilo y me dio algunos buenos consejos para afinar el texto final.

* A mi situación laboral en Diciembre 2.013, que por circunstancias que no voy a detallar, me obligaron a realizar una compra por internet, y decidí comprar esta aventura autojugable de Nosolorol en formato digital. Un gran acierto, y muy recomendable (sobretodo para jugar en una única sesión).

* A mi mujer y a mis hijos.

* Y a algunos roleros que escriben mensajes positivos sobre la vida y el rol.

Ya dejo de enrollarme y os dejo el aquí el relato:



Fiesta en Bird Valley

Bird Valley quizás fue mi salida de toda aquella jungla, pero aunque en el fondo lo sabía, me negaba a pensar que toda esa mierda llegase alguna vez a este pequeño pueblo, donde tan solo me enfrentaba a pequeñas multas de aparcamiento, algunos chavales borrachos y algún menudeo de droga, nada que no sea controlable. Pero hoy todo eso se ha acabado.

- Sheriff, ¿dónde vamos?
- Llevamos todo el día buscando a los chavales desaparecidos por todo el pueblo y alrededores y no hay rastro. Sólo nos queda un sitio donde buscar antes de dar parte para solicitar ayuda. Y sinceramente, espero que no los encontremos allí, siempre me ha dado mala espina. El viejo Hospital Psiquiátrico Carpenter.

Guardamos silencio los diez minutos que nos restan hasta llegar al desvío en el que cogemos la estropeada carretera que atraviesa las montañas. Cinco minutos más tarde la dejamos para avanzar por una pista de tierra muy deteriorada. Se nota que aquí no viene nadie y hay que conducir con cuidado. Bosque a izquierda y derecha, cuesta orientarse, pero sí, ahí está la entrada. Giramos a la derecha, avanzamos unos 100 metros y ... mierda, mierda, mierda.

- ¡Sheriff! ¡Mire, mire! ¡Ahí delante! Pero, ¿qué narices ha pasado?
- Maldita sea, ya lo he visto.

Paro el coche en seco y bajamos rápidamente. Me cuesta entender lo que veo, al igual que a Joe, se le nota en la cara. Hay una moto incrustada en un coche. La forma en la que están posicionados ambos es espeluznante. El coche está completamente destrozado a golpes, pero es que la moto, da la sensación de que la han utilizado como una especie de bate para golpear al coche y en un espectacular golpe final que han dejado fundidos los dos vehículos entre amasijos de hierro. ¿Quizás con alguna grúa o material de demolición?

Saco el arma. Joe me imita. Está asustado.

- Tranquilo. Mira por ese lado.

Voy hacia el otro lado. Y veo lo que esperaba pero no quería. En el suelo encuentro el cuerpo de uno de los chavales desaparecidos. Ha recibido tantos golpes que me extraña que aún tenga algún hueso intacto.

- Joe, aquí. He encontrado a uno.
- Dios mío. - Se acerca temeroso sin soltar el arma. Tras inspeccionar el cadáver unos segundos - Algo no cuadra aquí. Ha sufrido muchos golpes, pero mira esto, tiene un destornillador clavado en el pecho. Si no lo mató esto, es porque ya estaba muerto cuando se lo clavaron.
- Avisa por radio. Habrá que llamar al juez. Que vengan también Claire y Thomas - los vamos a necesitar. Joe tiene un ojo clínico increíble, pero la acción no es su punto fuerte. Quizás por eso esté en Bird Valley, como yo.

Continúo avanzando un poco más y descubro otro cadáver en una situación similar al anterior. Golpeado hasta la muerte, y probablemente aún más. Bird Valley, un pueblo tranquilo, maldita sea.

- Ya están de camino - me indica Joe mientras se acerca -. ¡Madre mía!

Tras una breve revisión de los alrededores detectamos un rastro que se interna en la zona boscosa dirección al edificio principal del hospital. Arma en mano avanzamos en silencio unos 50 metros hasta que descubrimos otro vehículo también destrozado, aunque no con la saña del anterior.

- Jefe, este coche es el que nos faltaba, dos coches y una moto. Esto no va a acabar bien...
- Aún no lo sabemos - le digo sin ninguna convicción - vamos a seguir. Joe, atento, quedan 7 desaparecidos, aún queda esperanza.

Pasamos la puerta principal del recinto siguiendo un serpenteante camino, hasta que de repente nos damos de bruces con el gran edificio del hospital psiquiátrico. Malas historias cuentan de este lugar, y a partir de hoy se contarán más.

Nos acercamos un poco más guardando silencio. La puerta principal está en el suelo y hay rastros de sangre. Sin duda, ha habido lucha en este lugar. Con señas Joe y yo nos entendemos bien. Entro en el edificio, en el hall del hospital, y las señales de lucha continúan. En el mostrador una radio apagada y varias latas de cerveza vacías demuestran la teoría inicial: una fiesta adolescente.

El lugar se mantiene en silencio, estamos muy tensos y nerviosos. No nos gusta este lugar, pero tenemos que encontrar a los chicos.

Exploramos la planta baja sin encontrar más que polvo y suciedad. Tuvieron que estar en el piso de arriba, así que subimos con la poca luz que entra por las ventanas sin persianas y la que proporcionan nuestras linternas. Allí vemos un rastro que lleva al baño. Nos preparamos, abro la puerta cuidadosamente y ...

- ¡Mierda! - se me escapa. Se me eriza el vello y me empiezan a entrar náuseas.

El pobre Joe no puede contenerse y vomita al ver la escena. No hay nada que reprochar, es horrible, dantesca. Hay un joven en el suelo en un charco de sangre, probablemente suya. Hay un lavabo arrancado de la pared con el que han golpeado al joven hasta incrustárselo en la cabeza, como si fuera uno de esos perros a los que le ponen ese plástico alrededor del cuello para que no se pueda rascar.

Salimos del baño e intentamos recomponernos. Tenemos que continuar, aunque esto está siendo muy duro. Después de 5 años trabajando aquí, empiezo a echar de menos Los Ángeles.

Continuamos revisando la planta de arriba y enseguida descubrimos algo que nunca había soñado ni en mis peores pesadillas, superando lo que ya llevo visto hoy. En el suelo reposan 5 cadáveres, 4 jóvenes y un adulto de unos 50 años que no me consta como desaparecido. ¿Quizás el asesino? Instintivamente le apunto con el arma, a pesar de que sé que está muerto y no se puede levantar. Todos están llenos de golpes y heridas atroces. Sé un poco de medicina, y estoy seguro de que algunos de ellos sufrieron mucho hasta morir.

- Sheriff, ¡mire!

Alumbramos con las linternas y vemos un charco de una especie de líquido negro y viscoso sobre el que hay un objeto extraño encima.

- Esto es ... ¿una máscara? - dice Joe.

Saco la porra y le doy la vuelta. No me jodas.

- Una máscara de gas - la reconozco por las clases de la academia y los documentales de la tele-. Pero de las antiguas, parece de la segunda guerra mundial. ¿Qué fiestas organizan los atontaos de este pueblo?

Nerviosos, comenzamos a revisar los cuerpos y los alrededores de la masacre. Puertas y paredes rotas indican la brutalidad de la pelea que tuvo que haber aquí.

- Sheriff, mire. Esta chica tiene una cámara de vídeo en la mano y está enfocando la escena.

Por la posición de su, ahora frío cadáver, la chica parecía más preocupada en que la cámara enfoque la escena que en salvarse a sí misma. Esto sólo puede significar que consiguió grabar algo. Sé que no debo y que me estoy saltando algunas normas al hacer esto, pero cojo la cámara y la enciendo. Compruebo que hay grabaciones así que rebobino un poco y le doy al “play”.

"(...)
-Venga, está a punto de llegar. Vamos a hacer un señuelo cómo hemos quedado, y Lisa, sé rápida. Hay que conseguir acabar con esta cosa. Ahí llega.
-¡Eh! ¡Ven aquí!
-Escuchadme, ratas …
Thonk, chak.
-Agh.
-Joder, no vamos a terminar
- … Salid de vuestras madrigueras y …
Plaff, Brom.
-Ugh.
-¡Muere maldito bastardo!
- … Atended a mi plegaria …
(...)"

En las imágenes se ven a los jóvenes organizando una estrategia junto con el señor canoso. Una de las chicas se esconde dentro de una de las habitaciones del hospital con un viejo pergamino en su mano, y parece que está dispuesta a leerlo.

El resto se meten en la habitación contigua gritando para llamar la atención de alguien.

Tan solo unos segundos más tarde aparece en el pasillo un hombre alto y corpulento corriendo hacia ellos con un bate y tapando su rostro con una máscara de gas.

Con cada golpe conseguía acabar con uno de los jóvenes, pero tras cada frase de la chica, parecía encontrarse más y más débil.


Paro la grabación, necesito unos minutos antes de seguir, porque esto vence todas las leyes naturales. Maldito pueblo tranquilo, cómo echo de menos Los Ángeles.


Nos vemos en la próxima entrada, ¡y jugad mucho hasta entonces!

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