domingo, 1 de noviembre de 2015

Desafío de los 30 días - 2015: Día 1 - Situación en partida medieval fantástica que te dejó sin palabras

Empezamos con la primera pregunta propuesta en el Desafío:


Pregunta 1: Este desafío va a tener una tendencia mas marcada hacia el nivel creativo, y menos a tener un desarrollo puramente barbarolerístico (palabro que me acabo de inventar). Sin embargo, no nos podemos olvidar de nuestros orígenes, así que teniendo en cuenta únicamente tu experiencia en partidas medievales fantásticas… ¿qué partida, situación, momentazo, te hizo quedarte en plan “¡ostias!”, te descubrió el mundo, dijiste “¡Oh!”, flipaste con el giro argumental…


Sergio Antón:

La verdad es que el momento más memorable que recuerdo fue una partida de Vampiro: Edad Oscura. La cuestión es que ya comenté sobre la misma en los desafíos anteriores, así que voy a dejar el enlace para los curiosos aquí.

Pero no voy a escurrir el bulto así como así. En el grupo hemos coincidido tanto Gwydion, José Mariano y yo con el giro argumental que se dio en nuestra campaña Vilyamar, de El Anillo Único, que nos ha dirigido de forma magistral Sergio López.



En esta campaña, nuestro grupo de aventureros fue realizando diferentes trabajos para nuestra ciudad y estableciendo contactos y lazos con gentes de otras ciudades y pueblos cercanos. Como recompensa, en uno de los pueblos nos dieron un objeto llamado el Águila de Tumladen, que representaba al único objeto de la colección original de Gorlim (primer senescal de Vilyamar) que fue robada hace siglos.

Continuamos las aventuras para ir averiguando poco a poco más información sobre esa colección, y es que estos fueron robados al senescal por una banda organizada de ladrones. La guardia personal de Gorlim se encargó directamente de intentar buscar a los culpables y castigarlos, pero sólo un elfo llamado Elotires consiguió una pista real y estuvo a punto de atrapar al cabecilla de la banda. No consiguió atraparlo, pero sí arrebatarle otro objeto de la colección: el brazalete de hiedra-muro.

Después de ese momento, se dice que el elfo se obsesionó tanto con la búsqueda de los culpables que perdió su cordura y se hizo un ermitaño.

Según avanzamos con las aventuras, llegamos a averiguar que esa colección tenía unos poderes específicos para cada objeto, pero en su conjunto se utilizó para atrapar a un nigromante. Pasados los siglos, esa historia se pensaba que era más una leyenda sin base real, pero aún así seguimos investigando más al respecto hasta que un día dimos con el famoso Elotires.

Hablamos con él, intercambiamos información, e incluso el hecho de que tuviéramos pistas nuevas sobre el paradero de los objetos y quién pudiera estar detrás pensamos que haría que nos ayudase. Y así lo creímos. Tras tres visitas durante toda la campaña, terminamos confiando en él para que nos asesorara en la elaboración de nuestros planes.

Varios días más tarde estábamos explorando el edificio donde residía el último de los objetos. Teníamos a un grupo numeroso de orcos muy cerca y no había tiempo de reacción. Finalmente lo inevitable ocurrió y nos emboscaron, pero la sorpresa nos llegó cuando el propio Elotires era quién los dirigía. Pero, ¿cómo puede ser?

Resultó que ese elfo no era Elotires, sino el líder de la banda de ladrones que robó la colección. Secuestró al verdadero Elotires y lo tuvo preso durante todo este tiempo mientras él se apartó y cuando los humanos ya ni lo recordaban, se hizo pasar por el verdadero contando esa historia.

A pesar de que nunca llegamos a confiar demasiado en él, llegó un punto en que decidimos hacerlo para sacar ventaja en nuestro planes, y nos la colaron hasta el fondo. La cara de los jugadores cuando el master nos dijo que era él quien lideraba a los orcos fue un poema, primero incredulidad y a continuación cara de tontos.

Desde luego, tras esta jugarreta nos va a costar confiar en PNJs en próximas aventuras.


José Mariano:

Recuerdo una partida de Dungeons hace años en las que eramos un grupo de héroes y teníamos que defender una pequeña aldea de unos malvados que venían a destruirla. Empezaron a venir por todos los lados orcos, magos, trolls y todo tipo de criaturas. Al final de 7 personajes pudimos escapar 2 y encima por separado.

En ese momento justo después de huir pensé, si esto es una partida de rol en la que somos hérores... ¿cómo hemos podido ser derrotados?


Gwydion:

La última que recuerdo fue en la campaña de El Anillo Único que nos está dirigiendo Sergio Jr. llamada Vilyamar. Me perdí las primeras sesiones de la campaña por razones personales, pero cuando me incorporé el grupo tenía como mentor a un anciano elfo que les aconsejaba para encontrar los antiguos artefactos que mantenían encerrado a un malvado nigromante y que no pudiese ser liberado.

Más tarde me enteré que este elfo llamado Elotires, había formado parte del grupo original de aventureros que consiguieron encerrar al nigromante y, aunque a todos nos parecía raro su memoria selectiva, su ayuda nos era de gran utilidad.  Después de encontrar el penúltimo artefacto, Elotires demostró estar al servicio del nigromante habiendo tomando su identidad tras apresar al falso Elotires. Nuestra sorpresa y nuestro cabreo fue mayúsculo al darnos cuenta de su traición y quedarnos sin todos los artefactos que tanto nos había costado encontrar.

Otro momento de la crueldad del mundo, fue, durante la misma campaña, cuando una horda de orcos lideradas por el falso Elotires amenazaba la capital del reino. Para complicar las cosas las tropas del reino estaban sofocando una falsa rebelión a varias jornadas al sur. Allí estábamos todos intentando impedir que los orcos arrasasen la capital en busca del último artefacto. Poco a poco fueron superando nuestras defensas hasta que quedamos encerrados en la ciudadela interior. Fue un momento realmente frustrante. ¡Eramos héroes y no podíamos impedir que arrasasen con nuestra capital!


Nos vemos en la próxima entrada, ¡y jugad mucho hasta entonces!

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